martes, 17 de abril de 2012

Un crimen perfecto.

Hoy me he despertado sudando. Soñé que morías. Un gran escalofrío araño mi espalda. Suspiré, solo un sueño... Por desgracia. Placer. Sudor sexual y un gran vacío al volver a esta absurda realidad. Un intenso olor a fluídos se estregaba por las paredes de la habitación cual sangre desplazándose lentamente en la escena de un crimen. De repente sonreí. Era tu muerte quien causaba esto. Destrozar tu autoestima. Tu cabeza. Descubría un significado necesario al sexo y la muerte en un mismo elemento. La violación. Ese acto siniestro. Tabú. Prohibido. Atractivo. Una escena lésbica. Un sexo magnífico. Un crimen perfecto. Una vida necesariamente robada. Un odio introducido en tu cuerpo como una marca imborrable. Eso es la muerte. Esa bella y silenciosa dama. Esa calavérica guadaña que me ha poseído. Esa necesidad de realizar un trabajo distinto. Esanecesidad de matar.

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