lunes, 13 de agosto de 2012

Y sigue quemando.

Todo el mundo está pendiente de los incendios que estos días están convirtiendo en cenizas las Islas Canarias. El caso que preocupa, especialmente, es el de La Gomera, una de las más pequeñas y la que más ha ardido este verano.

Quien haya estado pendiente de los comunicados de los dirigentes de la extinción, podrá haber escuchado que la dificultad para conseguir el control es el difícil acceso a las zonas activas, pero también han dejado caer, como quien no quiere la cosa, que los culpables son los campesinos que no han limpiado los rastrojos de sus fincas o de las zonas asiduas a las mismas. Lo que nadie nombra es que algunos de esos campesinos, que no saben si algo de su propiedad sigue en pie, no han podido limpiar sus huertas debido a las pegas que pone el Cabildo, el ayuntamiento o el Gobierno para dar el permiso de quema, o cualquier otra forma de acabar con las malas hierbas.

Pero no solo eso, cualquiera que suela pasar por las zonas de monte, y pondré como ejemplo el monte de las Mercedes, en Tenerife; habrá observado desde la carretera o desde los caminos que el monte, por muy verde que pueda estar, tiene troncos caídos, ramas sueltas y plantas secas que permiten que, en caso de incendio, las llamas se propaguen de una manera mucho más rápida; eso se debe al profundo conservacionismo que dictan las leyes. Se pueden conservar los bosques de manera que no queden en tan mal estado, todos esos troncos que solo sirven para alimentar a las llamas podrían ser retirados por vecinos de la zona que los necesiten, o ponerlos en las zonas de recreo para los braseros, antiguamente todo eso era recogido para hacer carbón, ahora se ponen multas por coger piñas caídas de los pinos con tu hijo para decorar tu cada o hacer manualidades.

Esta es la causa, la verdadera causa, por la que los incendios se descontrolan últimamente, toda esa leña seca que sólo espera ser pasto de las llamas.
Desde hace unos años se habla de reciclar nuestra basura, de dar ejemplo a los más pequeños, pero los encargados de la naturaleza no se molestan en reciclar toda esa manera.

Eso por no hablar de los ineptos que ostentan el cargo de autoridad, y hablo de Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo de La Gomera; un hombre, que hace unos meses salió en los telediarios por un suceso en un local de putas debido a su borrachera,sigue al mando de una isla que, gracias a su estupidez y "autosuficiencia", sigue ardiendo tras casi dos semanas de incendios.
Me permito recordar que la primera fase de este incendio comenzó casi a la vez que el de La Palma, al tiempo que el Cabildo de la isla bonita demandó ayuda del Gobierno, el de La Gomera declaraba a los medios que eran autosuficientes para luchar contra el fuego. Ahora queda clara la eficacia de sus decisiones, señor Curbelo.
Pero todavía hay más, porque, cuando estaba estabilizado, en lugar de aprovechar los hidroaviones prestados para refrescar las zonas y controlar el incendio, bajó la categoría a nivel 1, privando a sus efectivos de más ayuda que la de sus fuerzas para acceder a las zonas más difíciles. Así, de inútil es el representante de la isla redonda, y me atrevo a suponer que los chistes que en Canarias se suelen hacer sobre los gomeros en lugar de los leperos, estén inspirados en este personaje.
Por favor, Casimiro, ya el archipiélago se ha dado cuenta de que eres gilipollas, espero que no tengas que cagarla una tercera vez para que dimitas.

miércoles, 6 de junio de 2012

Fear of the dark.

Veo inútil luchar por una mundo perdido, donde ni se pierde ni se gana nada. Veo inútil sonreír cuando ves que nadie se preocupa realmente por algo. Veo inútil sonreír cuando vivo en un estado inexistente, en una mirada vacía, en un suspiro de pesadumbre, en una causa perdida. Cada vez le veo menos sentido a seguir luchando por un futuro que no sé si llegará. Cada vez veo menos.

Una vez llegué a tener ilusión en algo, ahora no recuerdo ni su significado, no logro alcanzar en mi alma un atisbo de ella, no logro a encontrar a esa Yo risueña y alegre de antaño. Me han arrancado tantas cosas de cuajo que no me queda nada para vender en el mercado negro, nada llega a ser relevante, ni una sonrisa suya ni la esperanza de que todo cambie. Ahora, más que nunca deseo ser una burbuja lanzada desde el pompero de un niño, ser frágil, invisible, preciosa... Ser estrellarme en la mano de un niño o desintegrarme en el aire. Perderme de vista por un momento para pensarme, para preguntarme en el vacío si realmente soy algo, alguien. Ya no me valen las excusas, quiero dejar de ser, de sentir; pero soy tan cobarde que no me atrevo, me da miedo, me dan pena las personas que dejaría.

Quiero despertar y acostarme sin ganas de vomitar, de gritar a todos que son unos mierdas, de perder el tiempo en cosas sin sentido (si es que hay algo que lo tenga).

Quiero encontrar de nuevo alguna luz que me coja de la mano y me demuestre que todo lo perdido no era realmente importante, que me pegue una paliza, que me haga llorar.

Necesito volver a vivir.

viernes, 25 de mayo de 2012

Pequeño trayecto en coche.

Cabeza pegada a la ventana. Mano aguantando mi cara. Observo los colores fluyendo. Las hojas caídas de los árboles mimetizadas con la tierra del suelo. Todo parece sacado de una película. Juego a pensar que son vidas abandonadas por Dios. Me río. Las comparo. Veo lo insignificantes que son. Vuelvo a reír. ¿Por qué le dan tanta importancia? Vuelvo a pensar. Ahora estoy en una canción. Un videoclip. Una película. No lo sé. Huelo a nostalgia. Tristeza. Aroma a soledad. Respiro. Me sonrojo. Recuerdo tus caricias y me rompo. Noto el frío del cristal. Mi vaho plasmado en él. Se convierten en uno. Se confunden con la niebla. Terror. ¿Tim Burton y sus películas? Me habrán raptado. La música hace más llevadero todo esto. Árboles. Naturaleza. Equilibrio. Sueño que soy una niña. Una pequeña bruja con rama por escoba. Dibujo símbolos en el suelo. Pienso que son hechizos. Recuerdo que son garabatos. Vuelvo a mí. Descubro la verdad. Más frío. Rocas. Asfalto. Todo gris y verde y marrón. Quizás algo de blanco. Pinceladas confusas. Una tubería rural que transporta no sé qué a no sé donde. Incertidumbre. Noche. Nubes. Todo oscuro. Todo yo. El coche acelera. Se confunden más los elementos. Ruedas. Frenadas. ¿Gritos? Estruendo. Dolor. Frío y calor. Adiós. Vacío. Nunca. Siempre.

Quiero demostrarle al mundo.

Quiero tatuarme toda, arañarme, recortar mi silueta y mi alma para demostrarle al mundo que no soy como él quiso siempre. Que no tendré todo aquello que deseó para mí. Ya no soy esa niña que necesita sus cuidados, o tal vez sí, porque sigo perdida en él, en ella, en todos y en nada. Hago enumeraciones inútiles de personas a las que quiero y esas que odio, soñando despierta con despedazar todo lo que encuentre a mi paso, sin ser capaz de matar una mísera mosca. Requiero cuidados que rechazo y aborrezco, vivo con miedo de que esa corrupción que tanto deseo algún día me haga suya. Defraudo a todos sin quererlo, soy torpe a más no poder. Deseo pero no intento cambiar ese mal y esa tristeza que me invaden constantemente...

Quiero demostrarle al mundo que él tampoco es como yo soñé. Enseñarle su oscura corrupción que hiede a podrido, a político y a crimen y a moral y a todo. Olores espantosos que nublan lo poco hermoso que le queda y que muchos ignoran e incluso odian.

Quiero demostrarle al mundo que nunca nada sale como uno lo planea.

Volver a empezar.

Aplastada por el peso de tu amor me hallo, arrancando a cachos tu espalda mientras me ahoga el flujo incesante de tu fuente, me pego más a ti para que ese calor termine de quemarme, me desintegre y me complete. Ese peso que siento sin dolor, disfrutando de todo ese aire que me falta y que tú me regalas a bocanadas. Se me clava tu alma como la espada de un asesino, robando o regalando, vidas intermitentemente, a veces más cerca a robar, otras con el paquete en las manos...
Y así te conviertes en preso, atrapado en mi, sin poder escapar de esta cárcel conjunta creada por ambos. Unidos para siempre durante una cantidad de tiempo insignificante, insuficiente, convirtiéndose en un ritual satánico, jugando con vidas, invocando al diablo a un juego de dos, de azar, de miles de personas. Una forma de llegar a sitios prohibidos sin la necesidad de estar muerto pero que una vez que lo descubres, que lo pruebas deseas morir una y otra vez, que no acabe, que este baile siga eternamente, que muera con el Tiempo, que no cese, que termine para volver a empezar...

Cuando ese momento llegue.

Una tras otra se van clavando las agujas en mi piel, millones, para recordarme porqué te quiero, porqué te quise y porqué te querré. Ese caluroso infierno que es tu cuerpo contra el mío, que me transmitía el más sincero de los placeres, el más lujurioso de los amores y la más mentirosa verdad. Esa que me hizo enamorarme de ti de una forma incondicional y que ahora me ha tirado a no sé donde, cual escupitajo fuere, olvidando mi procedencia y mi devenir, sin saber qué hacer conmigo, sin esa vida que me robaste, sin sentir ni padecer absolutamente nada.... Nada... Eso es lo que soy ahora, no me siento, no me noto, no me escribo ni me acuerdo de mi. No existo en otro lugar que no sea tu cama, ese bendito infierno del que algún día intentaré escapar, cuando me canse de ser durante media, quizá una, hora. Cuando tus brazos centinelas se despisten y me dejen morir en paz, cuando desee mirar más allá de este oscuro y vacío mundo compuesto solo por nosotros. Y cuando ese momento llegue no tomaré ninguna decisión, me quedaré muda, sorda, ciega y muerta; no querré ir a ningún lado sin tu olor, sin esos momentos que me mantienen en pie... No querré ir a ese presunto cielo de dudosa existencia. 

jueves, 26 de abril de 2012

Esta dura madurez.

Llega un punto en la vida en que comienzas a cuestionarte todo, a veces llega en la infancia, otras con la madurez.  Llega un punto en el que comienzas a sentir miedo de convertirte en ti mismo por si no te gustas, por si al hacerlo dañas a los que quieres; convirtiéndote así en alguien sumiso, inútil, dormido, drogado. Envidias a aquellos que son libres y los deseas. Criticas esta sociedad corrompida por unos pequeños granujas egocéntricos llamados seres humanos. Comienzas a odiar todo lo que te rodea y sientes náuseas, porque quieres hacer lo que te plazca, y destruirte junto con el mundo. Quieres volar ayudado por las drogas, el alcohol y el tabaco. Suicidarte lentamente.  Matarte y hacerte un favor porque, ¿para qué? La traición de los amigos, el abandono y burla de tus familiares, las tonterías de los que todavía siguen siendo niños pero que, según el Estado, tienen tu misma edad. MENTIRA. Eso es la vida, sobretodo la infancia, una mentira donde intentan convencerte de que todo irá bien cuando crezcas. Y una mierda. Todo ha ido de mal en peor y, vale, he conocido a personas maravillosas pero ¿para qué?, para perderlas un tiempo después o para que ellas me pierdan a mí en esta competición absurda de autodestrucción.  Tonterías, la vida solo sirve para acabarla, terminar cuanto antes tu presencia en este mundo materialista, donde se le da más importancia a un objeto que a vidas humanas. Esto es madurar, ser engañado inconscientemente por las personas que te quieren en un inútil y estúpido intento para protegerte de lo que ellos vivieron o para volver a engañarse a sí mismos una y otra vez como lo hago yo, confiando en sujetos y dándoles cariño para ver si ellos me salvan de esta tortura. Qué ingenua soy. Si no se pueden salvar a sí mismos de la cita con la Dama, a quien yo espero y deseo hacer mía, y que ellos temen. Pretenden huir lo máximo posible de lo que intentan negar, como hormigas huyendo del rayo de una lupa mortal. Es imposible. Incomprensible. Innato. Estamos aquí para ver como, llegada una cierta edad, muere nuestra esencia. Y con ella, nosotros. 

miércoles, 25 de abril de 2012

Me amaste.

Despierta en tus brazos. Sentía que no era tuya, que no te pertenecía y tu a mi tampoco. Esa noche había soñado con otro cuerpo que no era el tuyo, pero sin dormir, había follado contigo pero sin sentir absolutamente nada. Una lagrima recorrió mi mejilla. Una sola. Una maldita lágrima que no merecías. Injustamente no derramé ninguna más, ni ningún otro fluido de alguna clase. No sentía nada. O eso creía. Mi cabeza volaba en una nube, recorriendo el Universo como si fuera lo más tangible y cercano que tuviera ahora mismo. No me atrevía a nada, quería moverme, gritar, correr y lanzarme al vacío, dejando, en el aire que me abrazaba durante la caída, un millón de recuerdos que habían muerto atrapados en mi, sentimientos cuya existencia ahora dudaba. Ya no sentía nada, ni los susurros de tu aliento y la cálida caricia de tu cama. Ya no estaba. Había volado muy lejos y me encontraba sentada en un suelo tan blanco como una hoja de papel vacía, como mi mente. Deseaba beber, emborracharme y liberarme aun más de todo, de mi misma hasta convertirme en un alma, para confundirme con el cinto sin que nadie lo vea, escondiendome de mi sombra y de ti.  Nunca me sentí tan mal, pero no por mi, sino por ti, contradiciendo esa frase que dicta el final de una relación. Siempre me quisiste y yo, como un zorro astuto, me cobijaba en tu pecho cada vez que me sentía mal, recurriendo el sexo. Echaré de menos, ese momento en el que mis gritos no podían ser reprimidos, esa húmeda libertad que me regalabas. Y tú, con esa estúpida sonrisa me decías te quiero, al que yo hipócritamente respondía. Pensé en tus lágrimas, no en las derramadas, sino en las que ocultarás a partir de ahora, cuando veas que me he ido para que no vuelvas a mi. Esta vez no quería que me encerraras en tu cuerpo, que te entregaras una vez más. Levanté la cabeza y aparecieron tus brazos, caricias y esas infinitas muestras de amor. Me sentía inhumana. Qué digo, Soy inhumana. ¿Quien renunciaría a todo eso, a ti? Pero ya es muy tarde, estas paredes blancas, o transparentes, no lo se; se cierran cada vez más rápido y el miedo aparece. Ahora me doy cuenta de sí te quise, un poco, pero nunca realmente.posiblemente te extrañare, pero no me arrepiento de mi decisión. Es la única manera de ser libre. 

martes, 17 de abril de 2012

Un crimen perfecto.

Hoy me he despertado sudando. Soñé que morías. Un gran escalofrío araño mi espalda. Suspiré, solo un sueño... Por desgracia. Placer. Sudor sexual y un gran vacío al volver a esta absurda realidad. Un intenso olor a fluídos se estregaba por las paredes de la habitación cual sangre desplazándose lentamente en la escena de un crimen. De repente sonreí. Era tu muerte quien causaba esto. Destrozar tu autoestima. Tu cabeza. Descubría un significado necesario al sexo y la muerte en un mismo elemento. La violación. Ese acto siniestro. Tabú. Prohibido. Atractivo. Una escena lésbica. Un sexo magnífico. Un crimen perfecto. Una vida necesariamente robada. Un odio introducido en tu cuerpo como una marca imborrable. Eso es la muerte. Esa bella y silenciosa dama. Esa calavérica guadaña que me ha poseído. Esa necesidad de realizar un trabajo distinto. Esanecesidad de matar.

martes, 28 de febrero de 2012

Proyecto de canción... "¡Qué perra es la vida!"

Adolescentes tontas que regalan sus besos a inútiles y macarras. Mientras ven sus vidas hundidas encuentran una salida en la prostitución, buscando sus esquinas perdidas. Un viejo sordo y tartamudo, sentado en un café, les ofrece un real por sus servicios, pero no tiene ni para comer.

Así es la vida en la calle, la verdadera versión del "Sexo, Drogas Rock & Roll".

Putas dueñas de la miseria beben tequila son sal para desayunar y sonríen a desconocidos que puedan perderse en sus encantos.

Posibles iconos sexuales, ahora estropeados por culpa de la vida, no encuentran cabida en una sociedad de dueños superficiales.

Destrozan familias para mantener a los suyos, mientras, engañan a sus esposas unos tíos capullos.

martes, 31 de enero de 2012

Así es como va muriendo la amistad...

Es una mierda ver cómo el mundo en el que antes te movías va cambiando, a veces tan despacio que es casi imperceptible, otras, sin embargo, tan drásticamente que ni siquiera llegas a aceptarlo. 

Es una mierda ver como todo aquello que antes apreciabas, ahora se va pudriendo a la misma velocidad que un cadáver en el desierto, sucumbiendo al calor y al hambre de unos insectos a los cuales sólo interesarás mientras tengas algo de atractivo para ellos, porque te abandonarán una vez se cansen de ti...

Mientras, esas personas que te amaban y te consideraban un hermano, ahora sufren tu pérdida, aun siendo vivo todavía, aunque esa persona que eras ya esté muerta en algún lugar de tu ser e, indudablemente, en sus corazones. 

Ahora, luchas por mantener tu reputación a flote, sin importar lo que tengas que hacer y a cuantas amistades y amores tengas que sacrificar por ello, ignorando cualquier comentario sobre tu cambio, sintiéndote ofendido porque tú no llegas a aceptar que realmente estás matando a tu verdadero Yo..., o sacando a la luz la verdadera persona que eres. Y no sé que es peor...

Tus antiguos atractivos van desprendiéndose de tu cuerpo y caen contra el suelo estrepitosamente, rompiéndose en añicos, pero son reemplazados por unos nuevos, aquellos que, hace apenas unos meses, tachabas de horribles, estúpidos y homosexuales. Ahora atraen a esos insectos que quieren terminar de pudrir, no solo tu cuerpo, sino también tus ideales y, no se, si tu alma.

Aquellos que te aman, ahora desconcertados por ese olor a putrefacción que ahora emana de tu cuerpo, murmuran susurros sobre tu muerte, ignorados por el mismo muerto que hace oídos sordos a todo aquello que le desagrada, construyendo una fachada con enigmas ininteligibles que, dudosamente, alguien conseguirá descifrar algún día. 

Ahora ese mesías se finge desaparecido ante las dudas y los reproches, ante esa decepción que tú mismo has causado entre tus salvadores. 



Y así, es como una voz va enmudeciendo mientras la melodía de sus instrumentos muere con ella.
Y así es como Cold Madness pasa a convertirse en una panda de chiquillos que soñaban con ser alguien.
Y así es como una banda más muere en el olvido...

Y, ASÍ, es como esa voz intenta hacerse oír desde el silencio en el que duerme, llamando a esos instrumentos que un día la completaron, pero que ahora parecen haber desaparecido...

Y así, es como muere la ilusión. 

domingo, 29 de enero de 2012

Hola, hoy os presentaré mi faceta ¿indignada?, no sé como definirlo, a lo mejor es decepción... El caso es que personas que yo consideraba casi como mis hermanos se han convertido, en un periodo pequeño de tiempo, en unos casi desconocidos.

Han pasado, en unos meses, de decir que ciertas cosas no le gustaban, a convertirse y hacer esas precisas cosas que SUPUESTAMENTE "odiaban".

El problema también recae en que las personas que realmente hemos estado ahí desde hace años (y que, mas o menos, seguimos igual), ahora estamos en un segundo plano...

En fin, dejo de contaros estas mierdas... Pero, por si acaso esas personas lo leen y saben que va por ellos, me gustaría decirles, que los que se lo decimos ahora y los que se lo dijeron antes, si las personas que realmente te aprecian te dicen que estás cambiando, es porque realmente lo estás haciendo...

Pensáoslo.

miércoles, 25 de enero de 2012

Dudo mucho que alguno de vosotros entre aquí de vez en cuando, pero, por si acaso, he de decir que estoy haciendo una especie de apuesta. Esta trata de estar dos semanas sin twittear nada. Por si acaso os pase por la cabeza hacerme el unfollow. Simplemente eso...

Si queréis contactar conmigo, lo recuerdo, buscadme en el ask y en Twitter...


¡¡AAADIOS!!

martes, 10 de enero de 2012

Hazme el amor.

Y consigue que sea el momento más bonito de mi vida.
Olvídate del sexo, del placer. Solo céntrate en lo que sientes y quieres demostrarme.
Piensa en el significado de los besos y las caricias, de tus manos recorriendo mi cuerpo.
Nota cada estremecimiento de mi piel en cada eléctrico contacto con la tuya.
Besa y muerde cada centímetro de mí. Consigue que sean tuyos.
Muerde más fuerte, no te preocupes del daño que me puedas hacer, no lo harás, eso es lo que menos notaré.
Acércate poco a poco, pega tu boca a la mía, repasa mi cuello y coge aire.
Ya sabes lo que debería suceder.
Nuestros cuerpos serán uno. Una llama en pleno apogeo, quemando cualquier cosa que intente acercarse.
Las respiraciones se podrán escuchar más de lo normal.
En breve serán jadeos, más tarde gemidos. Perfectamente audibles.
Le demostraré al mundo que eres perfecto.
Y tú me demostrarás que estar presa entre tu cama y tus brazos es lo mejor inventado en este mundo.